lunes, 11 de abril de 2011

COMENTARIO DE [Y yo digo que murieron siete. Incluyendo a Capote. / Eloy Jáuregui.]



por Álvaro Espino



Holcomb es un pequeño pueblo de Kansas en el que viven juntos la tranquilidad campesina con el miedo causado por el asesinato de una familia entera por parte de dos asesinos, Perry y Dick. Cuando Capote se enteró de este hecho en un periódico, que quizás leyó de casualidad, se interesó mucho y decidió investigar acerca de este crimen, que le parecía muy lejano. La investigación se estaba haciendo con el fin de publicar una novela; lo que Truman no sabía era que se estaba metiendo en un tema que lo terminaría involucrando. El escritor se ganó la confianza de los pueblerinos y obviamente la de los homicidas, quienes se parecían tremendamente a él, lo cual llevó a Truman a mantener una relación amical con ellos; cosa que perjudicó su salud mental en el momento del aniquilamiento de estos dos. Si Truman no hubiera leído un titular de periódico un día de 1959, quizás estaría vivo hasta el día de hoy. Con la novela fueron homenajeados tanto los asesinos (víctimas de un pasado doloroso), la familia muerta y el propio Capote, una víctima más del destino.

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